miércoles, 13 de abril de 2011

Etapas de la relación – construyendo puentes

Autor Invitado: Psicologa Carmen Puentes

via: Dwell
El psicoanálisis trabaja un tema que ha llamado “las relaciones objetales” que nos remite a la estructura básica a partir de la cual el individuo establece relaciones afectivas  con el mundo que lo rodea. Esa plataforma está construida sobre nuestra primera relación de amor, la que iniciamos con nuestra propia madre y está asociada a un considerable número de experiencias que determinan el rumbo que tomará nuestra personalidad.
Pero en esta oportunidad sólo nos interesa detenernos en la similitud que se observa entre la dinámica de esa primera relación de amor y la que se observa  durante el período de enamoramiento en una pareja.

Madre e hijo, al inicio de su romance, comparten un espacio en el cual son “como uno sólo”, no se sabe si ese aspecto o experiencia es de la madre o del hijo, es un instante simbiótico absolutamente indispensable para la supervivencia del infante. Desde allí, las necesidades de ese niño (a) son percibidas por la madre y ella puede anticipar, intuir, y satisfacer una buena porción de esas necesidades y así el hijo no solo sigue vivo sino además se siente satisfecho: es decir, AMADO.
A medida que el niño va creciendo y si las condiciones son “normales”,  él va reconociéndose como ser individual y “separado” de su madre hasta que madre e hijo se relacionan ya como seres autónomos, completos pero estrechamente cercanos, lo cual implica que esta relación en lo sucesivo dará para que algún día el hijo se vaya de la casa “paterna – materna” completo, autónomo y equipado para seguir  su vida lleno de herramientas afectivas para ser un adulto sano.

via: The Selby
Cuando nos enamoramos inmediatamente recordamos ese primer amor y lo revivimos y entonces de nuevo encontraremos que hay un espacio afectivo y psíquico que compartimos con la pareja, espacio en el que no está muy claro quién es quién, “tú y yo como uno sólo”, empiezan a reconocerse y sienten la necesidad de hablar todo el tiempo, de tocarse y de permanecer juntos, pero con el tiempo, empiezan a identificar también las diferencias que los separan.  Algunas parejas empiezan a hacer puentes que los conectan con el otro, así continuarán con sus vidas en paralelo sin dejar de compartir las cosas que disfrutan haciendo juntos. Otros simplemente se separan.

Tienes una pareja y deciden irse a vivir juntos. Sabes de antemano que la convivencia es una experiencia complicada y aún así decides lanzarte al agua. Debes tener en cuenta que en esta etapa empezarán a reconocer sus diferencias con mayor rapidez y es probable que choquen al sentir una invasión a su intimidad, lo cual no necesariamente tiene que atentar contra su relación.

via: The Selby
Hay 3 factores que te permitirán construir puentes durante ésta etapa de reconocimiento y que deberás tener en cuenta antes de tomar la decisión de agarrar tus corotos y mudarte al apartamento del otro:

La tolerancia. Estas viviendo con otra persona que es un mundo diferente e inexplorado, conoces algunas cosas y seguramente te gustan, pero ahora empezarás a identificar algunas que probablemente no te gusten tanto. Cada uno tiene sus propios intereses y deberá encontrar su espacio, cada cual hace las cosas a su manera.  Ser tolerante implica considerar y valorar las decisiones, los gustos y costumbres del otro. No quiere decir que te lo tienes que aguantar, sino que aprendas a lidiar con ellas y a negociarlas.

La comunicación. No es solo decir lo que sientes, comunicarse se trata de explicar tu punto de vista y escuchar e intentar entender el del otro. Eviten hablar cuando los ánimos están alterados, siempre es mejor esperar un rato y darse un espacio para pensar antes de hablar. Discutir no es pelear, es tratar de llegar a un acuerdo exponiendo sus puntos de vista. Si piensas que las cosas se están saliendo de control, pide un espacio e inténtenlo de nuevo, pero nunca levanten la voz. Más adelante profundizaremos más sobre la comunicación y los errores más comunes.

via: The Selby
El respeto. Maltratar a otra persona es más fácil de lo que parece. Los insultos, las burlas o ignorar las necesidades de tu pareja, puede considerarse una falta de respeto. Debes evitar asumir actitudes violentas que degraden o lastimen al otro. Es increíble pensar que una persona que dice amar a otra pueda gritarla, burlarse de ella o en el peor de los casos, agredirla físicamente, pero sucede y es más común de lo que nos imaginamos. 

En resumen, reconozcan sus diferencias y hablen al respecto, encuentren sus puntos comunes y permítanle crear un espacio al otro para desarrollar aquellas actividades que no comparten, respétense mutuamente. Aprendan a negociar, ya que no siempre van a estar de acuerdo. Lo importante es que sepan que el amor está ahí, así que sean generosos con su tiempo y con su espacio, construyan puentes de comunicación, descubran todas las cosas que tienen en común y hagan cosas nuevas, al final ésta persona con la que te vas a vivir es tu nueva familia.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Cerdo Feroz: Gracias por compartir este valioso artículo. La psicóloga Carmen Puentes, autora invitada, brinda excelentes herramientas afectivas que son fundamentales para iniciar una sana convivencia.

Nadja Peña Tovar dijo...

"...Mi táctica es construir un puente indestructible, para que entre los dos no haya telón ni abismos..." Táctica y Estrategia. Mario Benedetti

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