lunes, 27 de febrero de 2012

¡Si lo hace despacito, le queda mejor y disfruta más!

alejarse de las grandes ciudades se ha convertido
en una alternativa válida gracias a internet
Uno no puede sentarse a esperar a que venga un pajarito y le deposite ideas nuevas y creativas en la cabeza y simplemente no puede sentarse a esperar a que le llueva oro del cielo y a que las cosas se arreglen solas, pero uno si puede elegir el estilo de vida que quiere para sí mismo, tomarse las cosas con más calma y hacerlas mejor!

Hay un “no muy nuevo” movimiento en el mundo llamado el “slowmovement” que se manifestó inicialmente en algunos restaurantes y ciudades bajo los conceptos de "slow food" y "cittaslow", que se hicieron populares en Italia alrededor de 1999.


la agricultura orgánica es un buen ejemplo
de slow living via: KIDS worldwide
El propósito: buscar mayor calidad de vida.

La propuesta es salirse de la vía rápida y vivir con mayor conciencia de lo que se hace. ¿Cómo? Dejando de vivir por vivir, consumiendo menos y siendo más auto-suficiente, algo similar a la vida del campesino, aquello a lo que llamamos la “vida simple y contemplativa” a la que supuestamente solo tenemos derecho al envejecer.
El cambio ahora se me hace imperativo, pues la vida de la gente en edad “productiva” que nunca duerme (como las grandes ciudades) ya carece de sentido. Muchos viven para pagar cuentas y nada más, otros viven en nombre del progreso pero poco piensan en la conservación, otros tantos viven en función del consumo masivo sin pensar en las consecuencias… otros solo existen y dejan pasar el tiempo en sus escritorios hasta que les digan qué hacer o mueran, lo primero que suceda.

Positano, un buen ejemplo de "ciudad lenta"
Vivir lentamente no es dejar de producir ni dejar de crear, no es limitarse ni descansar, ¡TODO LO CONTRARIO!!! Es darse tiempo para pensar, disfrutar cada minuto, degustar cada sabor, reducir factores de distracción como el reloj y los periódicos para así ganar energía y tiempo para enfocarse en cosas más significativas y gratificantes. 
De entre las muchas frases escuché en mi infancia “despacio que voy de prisa” ha cobrado un nuevo significado para mí, muy parecida al “Chi va piano va lontano” de los creativos italianos que fundaron el movimiento y que sabían que las cosas bien hechas, toman tiempo y trascienden.

Del afán no queda sino el cansancio, el estrés y demás enfermedades del siglo XX, así que prefiero seguir aquí en medio del monte, enriqueciendo y disfrutando mi vida. 
Ya puedo concluir que vivir lento es vivir feroz... alguien se pega?

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